Ecoreligión

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La doctrina Ecoreligionsa: preceptos y mandamientos

La doctrina Ecoreligiosa: preceptos y mandamientos. El onceavo mandamiento instaurado por la Ecoreligión y los 10 preceptos en los que se fundamenta.

11vo Mandamiento

"No Dañarás a la naturaleza"

Los 10 mandamientos, conocidos por todos las personas religiosas del mundo, sea cual sea su confesión o la religión que profesen, han dado una base moral que no debe ser dejada de lado. Sin embargo, actualmente la defensa de la ecología necesita de unos preceptos más explícitos en este sentido.

Es por eso que la Ecoreligión predica lo que los Ecoreligiosos llamamos el Onceavo Mandamiento. El Onceavo Mandamiento es simple, pero contundente:

"No dañarás a la naturaleza".

Este 11vo Mandamiento se dezlosa en 10 preceptos que hacen posible y garantizan su cumplimiento real en la práctica. Estos preceptos en la doctrina de la Iglesia de la Ecoreligión se conocen como Preceptos Ecoreligiosos, y son los siguientes

1 - No dañarás o matarás a ningún ser vivo.

2 - Predicarás con el ejemplo.

3 - Te cuestionarás a ti mismo.

4 - Defenderás a todo ser vivo.

5 - No atentarás contra ningún recurso natural.

6 - No dañarás tu salud o la de los demás seres vivos.

7 - Consumirás de forma responsable.

8 - No participarás en política.

9 - Predicarás la Ecoreligión.

10 - Cumplirás estos preceptos.

 

1er Precepto del 11vo Mandamiento

No dañarás o matarás a ningún ser vivo.

No dañarás o matarás a ningún ser vivo, ni lo permitirás por omisión, salvo que atente inequívocamente contra la ecología, tu supervivencia, la de los tuyos o la de tu especie. Es decir, sólo se hará para sobrevivir o en defensa propia, y en ningún caso dicho ser vivo sufrirá más de lo estrictamente necesario (el mal menor).

Esto significa considerar que lamentablemente el ser humano, como cualquier otro ser vivo, daña en cierta medida a algunos seres vivos para sobrevivir. Para comer, por ejemplo, necesitamos consumir otros seres vivos, y por el simple hecho de caminar por un bosque como lo haría cualquier otro animal, también destruimos en cierta medida la vida sobre la que caen nuestros pies. Esto es inevitable, la naturaleza funciona así, y así se renueva: la muerte es parte del ciclo vital.

Sin embargo, el dañar o matar a un ser vivo de forma gratuita (no por supervivencia) y en tal grado que afecte de forma irreparable al equilibrio natural, es un pecado que justifica la existencia de este Precepto Ecoreligioso.

La experiencia nos enseña, sin embargo, que esto sólo es posible si se predica con el ejemplo.

 

2do Precepto del 11vo Mandamiento

Predicarás con el ejemplo.

Predicarás con el ejemplo: nunca exigirás a otro lo que no te exiges a ti mismo.

La hipocresía no es una opción en materia ecológica ni religiosa según creemos los Ecoreligiosos. La hipocresía, el "haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago", la actitud que a grandes rasgos cada persona y cada ciudadano de este mundo tiene respecto de la catástrofe ecológica que estamos sufriendo, pero que no se digna a reconocer, es lo que nos ha llevado al estado actual en materia ecológica.

Únicamente podremos progresar si cada uno actúa de forma ecológicamente responsable a nivel individual, con autodisciplina, sin pretender que la solución la den otros, cuando el problema lo creamos todos. Por eso es necesario cuestionarse primero a uno mismo.


3er Precepto del 11vo Mandamiento 

Te cuestionarás a ti mismo.

Te cuestionarás a ti mismo, siempre buscarás primero en ti mismo la causa de tus errores y sus posibles soluciones. La responsabilidad personal nunca puede ser eludida. La culpa, en principio, nunca es del otro.

Para predicar con el ejemplo es necesario cuestionarse a sí mismo en primera instancia, y descubrir en qué contribuimos al mal que aqueja a la madre Gea. Una vez hecho esto, tendremos que hacer todo lo que esté en nuestras manos para evitar daños medioambientales o ecológicos.

Sólo si tenemos la consciencia tranquila, es decir, si nuestra actitud es ecológicamente sana, podremos predicar a los demás de forma ejemplar una actitud similar. Para esto es imprescindible defender a todo ser vivo.

 

4to Precepto del 11vo Mandamiento 

Defenderás a todo ser vivo.

Defenderás a todo ser vivo que sea amenazado por un ser humano o por otro ser vivo de forma antinatural a través de la tortura, de la vejación de cualquier tipo o cuando se encuentre en riesgo de extinción.

Las "formas antinaturales" en las que un ser vivo puede ser amenazado por otro incluyen (por ejemplo) las que llevan adelante especies foráneas introducidas por el hombre, animales domesticados o criados para la caza, el uso de armas nucleares, biológicas o químicas, el uso de armas convencionales contra otros seres vivos fuera del contexto de las artes marciales o la supervivencia, etc.

Por extensión, se entiende que las "formas naturales" en las que un ser vivo particular (ya no como especie) se puede ver amenazado dentro del contexto de equilibrio natural de la cosas, son las relativas al uso de los mismos como alimento o vestimenta en un contexto estrictamente necesario (para saciar necesidades básicas e ineludibles para todo ser humano). En la práctica, esto implica que además de defender a todo ser vivo injustamente amenazado, no deberemos atentar contra ningún recurso natural.

 

5to Precepto del 11vo Mandamiento 

No atentarás contra ningún recurso natural.

No atentarás contra ningún recurso natural. Es decir, evitarás su explotación directa o indirecta, por ti mismo o por terceros, por acción u omisión, siempre que dicha explotación sea contaminante, irreparable (recurso no renovable) o excesiva (sobreexplotación de recursos renovables).

El planeta Tierra es una mota de polvo en el universo, y nosotros navegamos en ella. Destruir los recursos naturales de forma irreparable implica atentar no sólo contra otras formas de vida inocentes, sino contra nosotros mismos, contra nuestra calidad de vida y quizás nuestra propia supervivencia como especie.

Lamentablemente, hemos llegado a un punto en que nuestras acciones antiecológicas solamente pueden ser contrarestadas a través de un cambio radical de actitud frente a los recursos naturales: ya no alcanza con no maltratarlos, hay que también evitar activamente que otros lo hagan, por el bien de todos. Una de las formas de contribuir a lograr esto a nivel individual, es manteniendo una buena salud

 

6to Precepto del 11vo Mandamiento 

No dañarás tu salud o la de los demás seres vivos.

Evitarás dañar tu salud o la de los demás seres vivos, directa o indirectamente, por acción u omisión, siempre que puedas impedirlo. Cada uno de nosotros, como ser vivo, es una célula de la madre Gea. Por eso atentar contra nosotros mismos es, aunque parezca paradójico, atentar contra la ecología. De la misma forma que atentar contra la ecología es ante todo atentar contra nosotros mismos.

Una persona saludable armoniza con su entorno y puede cuidar de él. Al mismo tiempo, al funcionar mejor su cuerpo y su mente, precisa de menos ayudas externas (medicamentos, atención médica, etc.) y por lo tanto tiene una vida más eficiente, es decir, más ecológica (ahorrando energía y recursos naturales). Contrariamente, una persona enferma por voluntad propia, aquella que decide una vida poco saludable, es una carga para todos a nivel ecológico y social.

Creemos que una forma de vida poco saludable redunda en un perjuicio para el mundo y las personas que nos rodean. El cuidado de la ecología empieza necesariamente por el cuidado de uno mismo evitando actitudes que perjudiquen la salud de otras personas o contaminen el medio ambiente. Y un factor fundamental para mantener una buena salud es el ejercer un consumo responsable.

 

7mo Precepto del 11vo Mandamiento 

Consumirás de forma responsable.

Consumirás de forma responsable, ecológica, crítica, ética y solidariamente. No te crearás necesidades de bienes, productos o servicios que atenten directa o indirectamente contra estos preceptos, pongan en compromiso tu autosuficiencia o no busquen mantener tu salud o tu supervivencia.

Preocuparse por la ecología es también preocuparse por los efectos que la globalización tiene sobre los que menos tienen. Los recursos naturales de nuestro mundo, renovables o no, son limitados, contaminables o extinguibles. Esto es un hecho innegable, y que se hace cada vez más patente y acuciante desde el momento en que la población mundial crece exponencialmente, mientras estos recursos son cada vez menos y están cada vez peor distribuidos o más contaminados.

Consumir más allá de las necesidades básicas (comida, refugio, salud, educación y desarrollo social digno, etc.) de forma irresponsable (insolidaria o antiecológica) es pecar contra aquellos que no tienen ni siquiera la posibilidad de saciar su hambre una vez al día. Para entender este momento de cruel distribución de los recursos mundiales, hay que comprender a la política y los políticos.

 

8vo Precepto del 11vo Mandamiento 

No participarás en política.

No participarás en política. Ser político es pecado.

La política entendida como acto hipócrita y base de toda corrupción es el pecado original, ya que el ser humano empezó a atentar contra la naturaleza desde el mismo momento en que se volvió un ser político que "administra recursos", sin tener en cuenta otras consideraciones al margen de las que guían la búsqueda o la conservación del dinero o el poder.

El estado ecológico del mundo en general (exceptuando algunas excepciones) no ha mejorado a la par del progreso técnico, sino todo lo contrario, esto indica que la corrupción junto a la hipocresía son ineludibles de los cargos políticos.

Es por eso que creemos que, tal como funcionan casi todos los sistemas "democráticos" actuales (y, por supuesto, los no democráticos), involucrarse en política significa negociar de forma tal con los actores geopolíticos mundiales, que sería imposible cumplir los Mandamientos, y en particular el Onceavo Mandamiento Ecoreligioso.

 

9no Precepto del 11vo Mandamiento 

Predicarás la Ecoreligión.

Fomentarás toda actividad, actitud o iniciativa (tanto individual como grupal), que sea compatible directa o indirectamente con todos estos preceptos o que ayude a su difusión o puesta en práctica.

La Ecoreligión empieza por uno mismo, pero no puede quedarse en uno mismo. Por definición, el cuidado de la ecología nos involucra a todos, todos somos o debemos ser responsables a nivel medioambiental. Predicar la Ecoreligión implica, por lo tanto, la mejor forma que conocemos para lograr que todos nos unamos para frenar esta escalada destructiva y contaminante que estamos llevando adelante los seres humanos.

Solos no podemos luchar, tenemos que ser muchos abogando por el cuidado de todos. La Ecoreligión es, en este sentido, una religión democrática por definición: la única forma de que triunfemos contra los problemas ecológicos que existen y los que se avecinan es sumando; logrando que, de a poco, todos entendamos que debemos sumar esfuerzos...o estamos perdidos.

 

10mo Precepto del 11vo Mandamiento 

Cumplirás estos preceptos.

Cumplirás estos preceptos, es decir, el 11vo Mandamiento, ya que dicho cumplimiento constituye la base para una moral Ecoreligiosa.

En la práctica esto implica que no apoyarás ninguna actividad, actitud o iniciativa individual o grupal que fomente directa o indirectamente la violación de las normas Ecoreligiosas detalladas aquí; y la denunciarás a las autoridades competentes si es posible o si dicha actividad antiecológica está penada por la ley.

Si dicha iniciativa no está penada por la ley, harás por tus propios medios todo lo que esté en tus manos para evitar que se lleve adelante, siempre y cuando tu acción o tu actitud no viole estos Preceptos o sea considerada ilegal dentro de tu jurisdicción.

Confiamos en el criterio de toda persona madura y responsable para entender el espíritu que rige estos Preceptos, y encargamos a su propia autodisciplina el que puedan llevarse adelante en el día a día.

 

 

 

 

 

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